martes, 3 de noviembre de 2009

Artículo 5 - Nuevos Escenarios Educativos - Mód. EAR

Basado en el Artículo EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍAS TELEMÁTICAS de Javier Echeverría (*)

Las TIC generan cambios que alcanzan al conjunto de la sociedad a escala mundial, esto configura nuevas formas de producción, nuevas formas de acceso a la información, y nuevas formas de interacción.
En este contexto, Javier Echeverria reflexiona sobre la necesidad de implantar un nuevo sistema educativo que posibilite nuevos procesos de aprendizaje y transmisión de conocimientos, lo cual permitirá a los estudiantes adquirir nuevas destrezas para ser activos en el nuevo espacio social.

Para ello nos plantea la hipótesis de los tres entornos, dice: «Las NTIT posibilitan la construcción de un nuevo espacio social, el tercer entorno (E3), cuya estructura es muy distinta a la de los entornos naturales (E1) y urbanos (E2) en donde tradicionalmente se ha desarrollado la vida social, y en concreto la educación».

Basicamente el autor sugiere que es necesario adaptarse a las nuevas estructuras de E3, donde internet es uno de los tópicos principales, donde las relaciones no son presenciales, sino representacionales, los contactos no son proximales, sino distales, no son sincrónicos, sino multicrónicos, y no se basan en recintos espaciales concretos, sino que dependen de redes electrónicas cuyos nodos de interacción pueden estar diseminados por diversos países.
Por ende, estas transformaciones inciden en la forma en que se accede al conocimiento, lo cual, necesariamente, impacta en los procesos educativos. Destaca a las redes educativas telemáticas como los nuevos instrumentos electrónicos que propician la construcción de nuevos escenarios educativos.

Señala que los seres humanos siempre han educado a sus hijos para el primer entorno, normalmente a través de la familia y la tribu. Con la aparición de las ciudades y los Estados surgió una nueva institución social, la escuela, que reforzó y amplió los procesos educativos del primer entorno. Aquí, el Estado es el principal agente educativo, es quien regla, promulga y desarrolla el principio constitucional del derecho universal a la educación.

Una de las características del segundo entorno son los escenarios especialmente diseñados para desarrollar en ellos procesos educativos, mientras que en el tercer entorno estos espacios se desdibujan, surgen nuevas modalidades, nuevos escenarios (Telépolis), donde se aprende informalmente. En este contexto la escuela y el Estado no han podido reglar ni controlar formalmente las acciones educativas, ni tampoco los agentes formativos están preparados para asumir el desafio.

Echeverría nos dice que uno de los puntos cruciales que se debe resolver es quién educa en E3 y para E3.

Distingue los siguientes escenarios educativos y los caracteriza de la siguiente manera:

ESCENARIOS PARA EL ESTUDIO: Las prácticas estarán totalmente mediadas por los recursos tecnológicos e internet y en una modalidad de telescuela siempre abiertas y en contraposición con las jornadas escolares de horarios rígidos.

ESCENARIOS PARA LA DOCENCIA: Aulas conectadas a una red educativa, donde se trasponen los límites físicos de la escuela, ampliando las posibilidades de formación. Menciona la figura del teletutor.

ESCENARIOS PARA LA INTERRELACIÓN: Imagina las acciones escolares y los procesos de socialización en espacios virtuales distales, reticulares, no presenciales, multicrónicos, etc.

ESCENARIOS PARA EL JUEGO Y EL ENTRETENIMIENTO: Dice que es necesario recrear en los ambientes telemáticos, los espacios de socialización que representan los patios de los colegios.

A los efectos de producir transformaciones e implantar la telescuela estas son algunas de las acciones educativas que propone:

• Usar recursos televisivos diseñados especialmente por especialistas disciplinares y expertos, con contenidos y actividades multimedia, adecuados a los destinatarios.
• Alfabetizar a los chicos para el entorno urbano, y para el entorno telemático, que sepan analizar, construir y diseñar imágenes visuales y sonoras y no sólo verlas y escucharlas. Graduar los contenidos educativos multimedia, adecuándolos a las edades y a las diferencias culturales y sociales. Construir sitios específicos para cada materia y para cada nivel educativo.
• Destaca que es necesario formar a los profesores que ejercerán como teletutores o como telenseñantes, para ello sugiere acciones formativas en el magisterio y cursos de reciclaje para los actuales enseñantes.

Estos son algunos de los problemas e interrogantes que puntualiza el autor en relación a desarrollar una verdadera transformación en el sistema educativo para el nuevo entorno.

• El primero y fundamental es quién va a ser el agente educativo en el tercer entorno, no se puede pensar solo en el Estado, pues su forma social está basada en la territorialidad, mientras que el tercer entorno es un espacio transterritorial.
Muchas grandes empresas están desarrollando programas de teleformación, pero en función de sus propios criterios e intereses. No hay un agente infosocial (de la sociedad de la información) que garantice el derecho a la educación, y mucho menos el derecho universal a la educación en el tercer entorno. No hay un Estado global en perspectiva.

• Las redes telemáticas educativas pudieran ser un ámbito global. No implicaría aún un derecho a la educación, no hay una autoridad pública que garantice tal derecho, pero al menos sería un camino en esa dirección. El problema consiste en la dependencia de estas RETs con respecto a las instituciones y corporaciones del segundo entorno que las promovieran. La proliferación y descoordinación de iniciativas es uno de los riesgos a contemplar.

• Estas RETs podrían surgir con base en diversas iniciativas. En lugar de pensar en un único sistema educativo, los sistemas educativos del tercer entorno habrán de ser reticulares, y por ende plurales. No se trata de reproducir el modelo de los sistemas educativos en los Estados-Nación, porque el tercer entorno tiene una estructura distinta (reticular, distal, transnacional, global).

• El punto anterior muestra que la hipótesis del tercer entorno permite pensar una sociedad global, pero no en términos de globalización, sino de interdependencia y ayuntamiento de redes, donde se irían produciendo procesos de fusión entre RETs, por ejemplo basándose en diversos criterios. Lo importante es que vayan surgiendo RETs, respetando siempre la posibilidad de interconectarse y de transferir conocimientos y experiencias entre sí.

• Por último advierte sobre la posible influencia en educación de las grandes empresas transnacionales de teleservicios.

Desde mi punto de vista, para los docentes, lo complejo es asumir la ampliación de E1 y E2 a E3, básicamente por que cuesta salir del mundo de lo concreto y conocido (pizarrón, aula, escuela) para atreverse a transitar los espacios virtuales e intervenir en el tercer entorno con sentido crítico.

En cuanto a las nuevas generaciones de alumnos, entiendo que desarrollan otras habilidades y modos de acceso al conocimiento, que seguramente difieren de las formas tradicionales que funcionaron en E1 y E2, pero hoy son las que les permite interactuar naturalmente con los recursos tecnológicos e insertarse adecuadamente en el medio.
A mi modo de ver, las acciones de políticas educativas son determinantes en la gestación de esta nueva sociedad, las mismas deben ser inclusivas, garantizar oportunidades de acceso al conocimiento al conjunto de los estudiantes, viabilizar recursos a todos los sectores de la sociedad, garantizándoles el acceso a la tecnología y asegurar el acompañamiento a los docentes en este proceso de integración y reestructuración de los viejos y nuevos entornos. Como dice Echeverría, seguramente será un proceso ingente pero posible.

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